El perfil que buscan las empresas internacionales

El perfil que buscan las empresas internacionales

Las empresas internacionales buscan empleados con características que vayan más allá de las habilidades técnicas o académicas. La competencia es feroz y las organizaciones necesitan talento capaz de adaptarse, innovar y contribuir al crecimiento global de la compañía. En este contexto, conocer el perfil que buscan las empresas internacionales es fundamental para cualquier profesional que aspire a formar parte de una multinacional o de una empresa con operaciones globales.

Asimismo, contar con una formación profesional contribuye a formar parte del equipo que buscan las organizaciones. Por ello, en Next Educación estamos comprometidos con formar a grandes profesionales para impulsar su carrera laboral a través de diferentes Másteres. Puedes consultar nuestra oferta académica aquí

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1. Competencias interculturales

Uno de los principales rasgos que buscan las empresas internacionales es la capacidad para trabajar en entornos multiculturales. Las operaciones de estas compañías suelen estar distribuidas en varias regiones del mundo, y los empleados deben ser capaces de colaborar con equipos de diferentes culturas, idiomas y formas de trabajar. Esto implica no solo la tolerancia y el respeto por la diversidad, sino también la habilidad para comprender y adaptarse a costumbres y prácticas laborales que pueden ser muy distintas.

Características clave:

– Conocimiento de diferentes culturas.
– Habilidad para gestionar diferencias culturales.
– Fluidez en varios idiomas, siendo el inglés un requisito básico en la mayoría de los casos.

2. Mentalidad global

Un empleado con mentalidad global es aquel que entiende las implicaciones de trabajar en un entorno internacional y tiene la capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios que suceden en mercados extranjeros. Las empresas valoran a los profesionales que pueden pensar estratégicamente más allá de sus fronteras locales, que conocen las tendencias globales y que tienen la habilidad para anticipar y reaccionar ante cambios en el mercado internacional.

Características clave:

– Conocimiento de las dinámicas globales.
– Visión estratégica y capacidad de adaptación a diferentes entornos.
– Proactividad para aprender sobre nuevos mercados y oportunidades internacionales.

3. Flexibilidad y adaptabilidad

En el ámbito internacional, el cambio es constante. Las leyes, normativas y el entorno económico varían de un país a otro, por lo que las empresas necesitan empleados que no solo sean flexibles, sino que también puedan adaptarse rápidamente a nuevas situaciones. La capacidad para gestionar la incertidumbre y el cambio es altamente valorada.

Características clave:

– Capacidad para trabajar bajo presión y en entornos ambiguos.
– Facilidad para adaptarse a cambios en las regulaciones o políticas internacionales.
– Habilidad para gestionar el trabajo en distintos husos horarios.

4. Capacidad para resolver problemas complejos

Las empresas internacionales buscan empleados con pensamiento crítico y una sólida capacidad para resolver problemas. El entorno global plantea desafíos únicos que requieren soluciones creativas e innovadoras. En muchos casos, los problemas que enfrentan los equipos internacionales son más complejos que los que surgen en operaciones locales, ya que involucran múltiples mercados, regulaciones, monedas y culturas.

Características clave:

– Pensamiento analítico y resolución de problemas.
– Innovación y creatividad.
– Capacidad para gestionar proyectos complejos y multidimensionales.

5. Competencias digitales y tecnológicas

En la era digital, las empresas globales dependen en gran medida de la tecnología para coordinar sus operaciones a nivel mundial. Por ello, el dominio de herramientas tecnológicas y plataformas digitales es crucial. Esto incluye desde el manejo de software de gestión empresarial hasta la familiaridad con plataformas de colaboración y comunicación remota. Además, las competencias en análisis de datos y transformación digital se están convirtiendo en habilidades cada vez más demandadas.

Características clave:

– Dominio de herramientas tecnológicas y plataformas de colaboración.
– Competencias en análisis de datos y manejo de información digital.
– Capacidad para trabajar de manera eficiente en entornos digitales y remotos.

6. Liderazgo y habilidades interpersonales

Las empresas internacionales valoran líderes que no solo sean capaces de gestionar equipos, sino que también puedan inspirar y motivar a personas de diferentes culturas y antecedentes. La habilidad para trabajar en equipo, comunicarse de manera efectiva y liderar con empatía es fundamental en estos entornos. Además, las multinacionales buscan personas que puedan liderar con una visión clara, gestionando equipos distribuidos en varias ubicaciones geográficas.

Características clave:

– Habilidades de liderazgo y gestión de equipos multiculturales.
– Comunicación clara y efectiva, tanto verbal como escrita.
– Capacidad para motivar y liderar en entornos de trabajo virtuales y distribuidos.

 7. Orientación a resultados y responsabilidad

En un entorno tan dinámico como el internacional, las empresas necesitan empleados que se comprometan con los objetivos organizacionales y sean responsables de su propio trabajo. Un perfil orientado a resultados significa que el profesional no solo cumple con sus responsabilidades, sino que también busca activamente formas de mejorar procesos y aumentar la eficiencia. Las multinacionales valoran la autogestión y la iniciativa para superar los objetivos planteados.

Características clave:

– Foco en el logro de resultados medibles.
– Proactividad y capacidad de autogestión.
– Responsabilidad y compromiso con los objetivos de la empresa.

8. Conocimiento del entorno legal y regulatorio internacional

El entorno internacional está regulado por leyes y normativas que varían significativamente de un país a otro. Por esta razón, las empresas valoran profesionales que tengan al menos un conocimiento básico de las regulaciones internacionales, o que puedan adaptarse rápidamente para cumplir con las exigencias legales y comerciales de diferentes regiones. Este conocimiento ayuda a evitar riesgos legales y garantiza que las operaciones se lleven a cabo de manera eficiente.

Características clave:

– Conocimiento de normativas internacionales.
– Capacidad para adaptarse a leyes y regulaciones locales en diferentes mercados.
– Sensibilidad hacia cuestiones legales y éticas en un entorno global.

En definitiva, el perfil que buscan las empresas internacionales…

Está marcado por la versatilidad, el conocimiento global y las habilidades interpersonales. Los profesionales que desean destacar en un mercado laboral internacional deben desarrollar una mentalidad abierta, estar dispuestos a aprender de otras culturas y ser capaces de gestionar proyectos complejos en entornos cambiantes. Además de las habilidades técnicas, las empresas valoran competencias blandas como el liderazgo, la comunicación y la adaptabilidad. En un mundo cada vez más conectado, estos atributos son esenciales para triunfar en el competitivo entorno de las multinacionales.

Gestión de crisis en Comunicación Política

Gestión de crisis en Comunicación Política

La comunicación política es un campo dinámico y complejo, donde los eventos pueden cambiar rápidamente la percepción pública y la posición de los actores políticos. En este contexto, la gestión de crisis se convierte en un componente esencial para mantener la confianza del electorado y salvaguardar la imagen institucional

¿Qué es una crisis en la comunicación política?

Una crisis en la comunicación política se define como un evento que puede comprometer la integridad de un político, partido o institución. Esto puede incluir escándalos, acusaciones, desastres naturales o situaciones de emergencia que exigen una respuesta inmediata. Las crisis no solo afectan la percepción pública, sino que también pueden tener repercusiones legales, financieras y sociales.

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Importancia de la gestión de crisis

1. Preservación de la reputación: En política, la reputación es fundamental. Una gestión eficaz de crisis puede minimizar el daño a la imagen de un político o partido.

2. Mantenimiento de la confianza pública: Los ciudadanos buscan transparencia y honestidad de sus líderes. Una respuesta adecuada puede fortalecer la confianza y el apoyo.

3. Prevención de la desinformación: En la era digital, la información (y la desinformación) se difunde rápidamente. Una comunicación clara y efectiva ayuda a contrarrestar rumores y noticias falsas.

Estrategias clave en la gestión de crisis

1. Preparación y planificación

La mejor manera de enfrentar una crisis es estar preparado. Esto implica:

Desarrollo de un plan de crisis: Incluir protocolos claros sobre cómo responder a diferentes tipos de crisis.
Identificación de portavoces: Designar a quienes comunicarán el mensaje oficial para garantizar una voz unificada.
Simulacros y entrenamientos: Realizar ejercicios de crisis para practicar la respuesta del equipo.

2. Comunicación clara y rápida

La rapidez es esencial en la gestión de crisis. Una respuesta oportuna puede prevenir la escalada de la situación:

Emitir un comunicado inicial: Informar sobre la crisis tan pronto como sea posible, incluso si no se tienen todos los detalles.
Utilizar múltiples canales: Redes sociales, comunicados de prensa y entrevistas para llegar a una audiencia amplia.

3. Transparencia y honestidad

La honestidad es clave para mantener la credibilidad:

Reconocer errores: Si hay fallos, es importante admitirlos y explicar cómo se abordarán.
Proporcionar actualizaciones regulares: Mantener informados a los ciudadanos sobre los avances en la gestión de la crisis.

4. Empatía y apoyo

La comunicación política no solo se trata de transmitir información; también implica conectar emocionalmente con la audiencia:

Mostrar empatía: Reconocer el impacto de la crisis en la comunidad y ofrecer apoyo.
Colaborar con expertos: Trabajar con especialistas en áreas afectadas para mostrar compromiso y responsabilidad.

5. Evaluación y aprendizaje

Después de la crisis, es vital reflexionar sobre lo ocurrido:

Análisis de la respuesta: Evaluar qué funcionó y qué no, para mejorar futuros planes de crisis.
Retroalimentación del público: Escuchar las opiniones y preocupaciones de los ciudadanos puede proporcionar valiosas lecciones.

Desafíos en la gestión de crisis

La gestión de crisis en comunicación política enfrenta varios desafíos:

Difusión rápida de información: La velocidad de las redes sociales puede dificultar el control de la narrativa.
Diversidad de audiencias: Diferentes grupos pueden reaccionar de distintas maneras a una misma crisis, lo que complica la comunicación.
Efectos a largo plazo: Algunas crisis pueden tener repercusiones prolongadas que requieren atención continua.

En definitiva,

La gestión de crisis en comunicación política es un arte y una ciencia que requiere preparación, estrategia y sensibilidad. En un entorno donde la percepción pública puede cambiar en un instante, los políticos y sus equipos deben estar equipados para responder de manera efectiva y construir confianza. 

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¿Cómo se gestiona una crisis empresarial a través de la comunicación?

Todas las empresas, independientemente de su trayectoria y de su tamaño, han pasado por momentos complicados que llevan a la directiva a replantearse el futuro de la entidad. Te contamos cómo se gestiona una crisis empresarial desde el departamento de Comunicación.

Es habitual que en cualquier tipo de organización se produzcan situaciones en las que se ponga en peligro la reputación y la autoridad de la marca. Más habitual es que, ante esta situación, los directivos no sepan reaccionar. Para saber cómo se gestiona una crisis empresarial es fundamental, en primer lugar, entender que la comunicación es una de las claves para alcanzar una solución lo antes posible.

La mejor crisis es aquella que se coge a tiempo, pero también aquella ante la que estamos preparados. Por ello, tener elaborado un manual de crisis ante el que podamos acudir cuando se produzca una situación delicada es fundamental. Este debe dar respuesta al modo de actuación de la empresa en ese momento, es decir, es un protocolo a seguir en esas circunstancias.

Habitualmente, la crisis pasa a ser tal cuando sale a la luz. Es entonces cuando la empresa debe salir a dar la cara y a buscar una solución. Si el problema no llega a oídos de la opinión pública es muy poco probable que adquiera la categoría de crisis.

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Identificado el problema por parte de la empresa, esta debe reconocer la situación para decidir el camino a seguir para salir adelante. Esta acción será responsabilidad del comité de crisis, el grupo de personas seleccionadas para hacer una valoración y, con ello, el diseño de las estrategias de gestión.

Entre ellas, estará el director de la empresa y el portavoz. Esta persona será la encargada de transmitir a los medios de comunicación y al público las novedades y los avances de la gestión. En este sentido, es muy importante que haya recibido una formación como portavoz para saber responder a las preguntas de los periodistas con seguridad y confianza.

El portavoz tendrá que minimizar el impacto mediático. Puede mostrar su preocupación por la situación que se está viviendo, pero debe quitar hierro al asunto en la medida de lo posible, sin caer en la arrogancia y dejando claro el compromiso de la empresa con el problema.

A las posibles conferencias de prensa que dé el portavoz se acompañarán notas de prensa y comunicados actualizados. Estos se publicarán en la web corporativa para contar la situación actual de la crisis y también se difundirán a los medios de comunicación para que se hagan eco.

En muchas ocasiones, las empresas optan por contratar un servicio externo de gestión de crisis, algo que puede ser la mejor opción cuando las organizaciones no han sabido anticiparse al problema o no cuentan con un plan de gestión de crisis previo.

En definitiva, la comunicación es uno de los agentes fundamentales para las empresas a la hora de enfrenarse a una situación problemática, ya que la reputación de la entidad y su reacción frente a esta solo se podrá reflejar a través de los mensajes que la corporación lance al exterior.