Los peligros del Big Data: mal uso, desinformación y manipulación de audiencias

Los peligros del Big Data - mal uso, desinformación y manipulación de audiencias

El Big Data se ha convertido en una de las herramientas más poderosas del siglo XXI. Empresas, gobiernos y plataformas digitales recopilan millones de datos diariamente para optimizar servicios, mejorar productos y tomar decisiones estratégicas. Sin embargo, esta capacidad de análisis masivo también conlleva riesgos significativos: los peligros del Big Data van desde la invasión de la privacidad hasta la manipulación de audiencias y la propagación de desinformación.

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Los peligros del Big Data

1. Mal uso de datos personales

Uno de los riesgos más evidentes del Big Data es el mal manejo de información personal. Datos sobre hábitos de consumo, ubicación, preferencias y relaciones pueden ser recolectados sin consentimiento explícito o utilizados para fines distintos a los anunciados.

Ejemplos de mal uso incluyen:

  • Empresas que venden información de usuarios a terceros.

  • Plataformas que crean perfiles detallados para fines comerciales sin transparencia.

  • Aplicaciones que recopilan datos más allá de lo necesario, vulnerando la privacidad.

El mal uso de datos personales no solo afecta la seguridad digital, sino que también erosiona la confianza de los usuarios hacia las plataformas y servicios.

2. Desinformación y fake news

El Big Data permite analizar patrones de consumo de información, lo que a su vez puede ser explotado para difundir noticias falsas o manipuladas. Al identificar qué contenidos generan más interacción, algunas organizaciones o actores pueden difundir información engañosa para influir en la opinión pública.

Esto tiene consecuencias graves:

  • Manipulación política durante elecciones.

  • Viralización de bulos sanitarios o científicos.

  • Creación de cámaras de eco que refuerzan prejuicios y desinformación.

La combinación de algoritmos de recomendación y Big Data amplifica contenidos sensacionalistas, afectando la percepción de la realidad de millones de personas.

3. Manipulación de audiencias

Más allá de la desinformación, el Big Data permite segmentar audiencias con precisión milimétrica y ofrecer mensajes personalizados para influir en decisiones y comportamientos. Esto se conoce como microtargeting.

Ejemplos:

  • Campañas políticas que muestran distintos mensajes según intereses, edad o ubicación geográfica.

  • Publicidad comercial que explota emociones y vulnerabilidades para generar compras impulsivas.

  • Plataformas que priorizan ciertos contenidos para retener la atención del usuario y moldear sus preferencias.

Si bien esta segmentación puede ser útil para marketing legítimo, también plantea problemas éticos importantes sobre manipulación y autonomía de los individuos.

4. Riesgos para la sociedad y la democracia

El impacto del Big Data no se limita al ámbito individual. Cuando se utiliza sin regulación o ética, puede generar:

  • Desigualdad: decisiones automatizadas que discriminan a ciertos grupos.

  • Pérdida de confianza: la gente desconfía de medios, empresas y gobiernos que manejan datos de forma opaca.

  • Control social: uso de información masiva para influir en comportamientos y opiniones a gran escala.

Por eso, expertos insisten en la necesidad de regulación, transparencia y educación digital para proteger derechos y libertades fundamentales.

5. Cómo protegerse y usar Big Data de manera ética

Tanto individuos como organizaciones pueden tomar medidas para minimizar riesgos:

  • Usuarios: revisar permisos de apps, gestionar la privacidad en redes sociales, verificar fuentes de información.

  • Empresas: implementar políticas claras de manejo de datos, anonimizar información sensible y respetar la normativa vigente (como GDPR en Europa).

  • Sociedad: fomentar educación digital para entender cómo funcionan los algoritmos y cómo se usa la información.

En definitiva, el Big Data es una herramienta con potencial inmenso…

Pero también con peligros reales. El mal uso de datos, la desinformación y la manipulación de audiencias son riesgos que requieren atención ética, legal y educativa.

Para estudiantes, profesionales y ciudadanos, la clave es entender cómo funciona el Big Data, sus implicaciones y cómo protegerse. Solo así se podrá aprovechar su poder sin comprometer derechos fundamentales ni la integridad de la información.

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Gestión de crisis en Comunicación Política

Gestión de crisis en Comunicación Política

La comunicación política es un campo dinámico y complejo, donde los eventos pueden cambiar rápidamente la percepción pública y la posición de los actores políticos. En este contexto, la gestión de crisis se convierte en un componente esencial para mantener la confianza del electorado y salvaguardar la imagen institucional

¿Qué es una crisis en la comunicación política?

Una crisis en la comunicación política se define como un evento que puede comprometer la integridad de un político, partido o institución. Esto puede incluir escándalos, acusaciones, desastres naturales o situaciones de emergencia que exigen una respuesta inmediata. Las crisis no solo afectan la percepción pública, sino que también pueden tener repercusiones legales, financieras y sociales.

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Importancia de la gestión de crisis

1. Preservación de la reputación: En política, la reputación es fundamental. Una gestión eficaz de crisis puede minimizar el daño a la imagen de un político o partido.

2. Mantenimiento de la confianza pública: Los ciudadanos buscan transparencia y honestidad de sus líderes. Una respuesta adecuada puede fortalecer la confianza y el apoyo.

3. Prevención de la desinformación: En la era digital, la información (y la desinformación) se difunde rápidamente. Una comunicación clara y efectiva ayuda a contrarrestar rumores y noticias falsas.

Estrategias clave en la gestión de crisis

1. Preparación y planificación

La mejor manera de enfrentar una crisis es estar preparado. Esto implica:

Desarrollo de un plan de crisis: Incluir protocolos claros sobre cómo responder a diferentes tipos de crisis.
Identificación de portavoces: Designar a quienes comunicarán el mensaje oficial para garantizar una voz unificada.
Simulacros y entrenamientos: Realizar ejercicios de crisis para practicar la respuesta del equipo.

2. Comunicación clara y rápida

La rapidez es esencial en la gestión de crisis. Una respuesta oportuna puede prevenir la escalada de la situación:

Emitir un comunicado inicial: Informar sobre la crisis tan pronto como sea posible, incluso si no se tienen todos los detalles.
Utilizar múltiples canales: Redes sociales, comunicados de prensa y entrevistas para llegar a una audiencia amplia.

3. Transparencia y honestidad

La honestidad es clave para mantener la credibilidad:

Reconocer errores: Si hay fallos, es importante admitirlos y explicar cómo se abordarán.
Proporcionar actualizaciones regulares: Mantener informados a los ciudadanos sobre los avances en la gestión de la crisis.

4. Empatía y apoyo

La comunicación política no solo se trata de transmitir información; también implica conectar emocionalmente con la audiencia:

Mostrar empatía: Reconocer el impacto de la crisis en la comunidad y ofrecer apoyo.
Colaborar con expertos: Trabajar con especialistas en áreas afectadas para mostrar compromiso y responsabilidad.

5. Evaluación y aprendizaje

Después de la crisis, es vital reflexionar sobre lo ocurrido:

Análisis de la respuesta: Evaluar qué funcionó y qué no, para mejorar futuros planes de crisis.
Retroalimentación del público: Escuchar las opiniones y preocupaciones de los ciudadanos puede proporcionar valiosas lecciones.

Desafíos en la gestión de crisis

La gestión de crisis en comunicación política enfrenta varios desafíos:

Difusión rápida de información: La velocidad de las redes sociales puede dificultar el control de la narrativa.
Diversidad de audiencias: Diferentes grupos pueden reaccionar de distintas maneras a una misma crisis, lo que complica la comunicación.
Efectos a largo plazo: Algunas crisis pueden tener repercusiones prolongadas que requieren atención continua.

En definitiva,

La gestión de crisis en comunicación política es un arte y una ciencia que requiere preparación, estrategia y sensibilidad. En un entorno donde la percepción pública puede cambiar en un instante, los políticos y sus equipos deben estar equipados para responder de manera efectiva y construir confianza. 

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Cristina Tardáguila: “La desinformación será clave en las Elecciones Europeas”

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Cristina Tardáguila, fundadora y directora de La Lupa; Enric Hernández, director de El Periódico de Cataluña; Clara Jiménez, fundadora de Maldito Bulo; Lorena Baeza, periodista en Newtral y Manuel Campo Vidal, periodista y presidente de Next, han analizado en una nueva sesión de Foro Next los principales desafíos y retos a escala global en plena era de la desinformación.

“La desinformación será clave en las Elecciones Europeas. Esto es el uso político del dato para que la gente se crea una ideología o una propuesta que no es real”, ha explicado Cristina Tardáguila, fundadora de La Lupa, primer medio de verificación de noticias falsas de Brasil en el Foro Next titulado: “La batalla contra las fake news”, conducido por Manuel Campo Vidal, presidente de Next.

Frente ello el periodismo de calidad parece ser clave a pesar de que cada vez aparecen más medios de comunicación que generan fake news: «Es muy fácil construir una noticia falsa en Internet y es muy difícil contrastar las noticias en un mundo en el que cada vez afloran más los medios poco sólidos o anónimos que distribuyen estas noticias”, ha afirmado Enric Hernández, director de El Periódico de Cataluña.

“Es muy importante que el ciudadano, el elector y el periodista estemos listos para la ola de noticias que van a llegar a España por las redes sociales, por email, pero también por la radio, por la tele… Difundir noticias falsas puede producir un daño a corto y a largo plazo», ha añadido Tardáguila.

Por su parte, Clara Jiménez, fundadora de Maldito Bulo, ha indicado que “cada vez hay más desinformación sobre temas específicos. Afectan a la percepción que tienen las personas de las cosas” y ha recordado que “todos los periodistas somos fast checker porque va en la propia esencia del periodista verificar la información.

A pesar de todo, esta situación es una nueva oportunidad para reclamar un periodismo de calidad frente a las informaciones falsas. Así, lo ha reivindicado Enric Hernández: “En un contexto de crisis es muy difícil contrastar, pero yo creo que la ventaja del surgimiento de la desinformación es que habrá que distinguir entre el grano y la paja, entre lo falso y lo verdadero, y así solo se pueden fiar de las cabeceras más sólidas».

En este sentido Hernández ha apelado al papel del periodista: “Si los periodistas no somos capaces de recuperar el prestigio como contadores de verdades, perderemos la batalla. Todo lo demás son Relaciones Públicas”.

Manuel Campo Vidal, periodista y presidente de Next, ha hecho hincapié en esa misma idea: “Salgan a la calle, hablen con la gente, vayan, comprueben. No todo está en la pantalla. Yo creo que este combate contra la desinformación es una gran oportunidad para el Periodismo. Para hacer un periodismo en defensa de la sociedad civil. Aunque vamos con retraso, espero que recuperemos el Periodismo de calidad”.

Las noticias falsas no son algo novedoso, sin embargo, con las redes sociales es más fácil que una noticia falsa se haga viral y pueda tener un mayor alcance. En esta línea, Lorena Baeza, periodista en Newtral, ha explicado que “sí hay algo novedoso es cómo utilizamos las redes sociales y las nuevas tecnologías. Eso permite acceder a una cantidad bestial de información, pero también de desinformación. Es más necesario que nunca luchar y dar la batalla contra esa desinformación”.

Uno de los principales escollos en la batalla frente a las fake news son los mensajes que se mandan desde Whatsapp. Al tratarse de una plataforma de mensajería privada, instantánea e inmediata no se puede controlar el contenido que se comparte. Esta aplicación ha jugado un papel determinante en la victoria de Bolsonaro en Brasil o en la irrupción de Vox en el Parlamento de Andalucía en España.

Frente a ello, la solución que se ha planteado en el Foro Next ha sido concienciar  a la ciudadanía sobre la importancia de evitar difundir  cualquier información que les llegue sin haberla comprobado previamente. Otra medida son los grupos de Whatsapp dedicados a desmentir informaciones que por esta plataforma se distribuyen, como los que desde Maldito Bulo gestionan.