Cómo valoran mi startup y cuánto vale

Cuánto vale mi startup

Es la era del emprendimiento. La crisis lo exige y las tecnologías digitales ayudan. Una startup surge de cero, al converger una idea prometedora con una oportunidad. Su aporte innovador y a crear empleo son valiosos. La startup que triunfa reconvierte la antigua industria, resuelve grandes problemas y obtiene importantes ganancias. Transforma las reglas del juego y acepta más riesgo, mientras que la gran empresa es reacia al cambio por temor a perder su dominio. Amazon asentó la venta online, no los distribuidores de la era preInternet. Pero llegar al éxito es un largo y arduo camino que culminan muy pocos.   

¿Cuánto vale mi startup?

En la fase inicial del garaje, el emprendedor se financia con sus ahorros y con ayuda de familiares y amigos. Luego, llega la financiación de instituciones, incubadoras, aceleradoras, sociedades de promoción, microcréditos, crowdfunding… La startup tiene una calidad crediticia baja y carece de activos para aportar en garantía, sobre todo si es una tecnológica basada en intangibles. Por eso no atrae a las entidades de crédito. Esto obliga a recurrir a inversores de capital riesgo, los llamados empresarios temporales porque ponen un plazo para desinvertir. Primero aparecen los business angels y detrás, el venture capital. 

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La idea del emprendedor precisa el dinero del inversor

El objetivo del inversor es entrar en una empresa joven y barata para venderla cuando tenga éxito. Para ello, tiene que valorar la startup para negociar su participación. El valor contable no es útil, pues ignora las expectativas, los intangibles y el riesgo de la startup. Ni lo es el de reposición, que estima la inversión para reproducir la capacidad actual de la startup, porque su valor nace más de lo intangible. La valoración es difícil porque la breve historia de la startup impide identificar los patrones de comportamiento de sus magnitudes para formular previsiones. Además, apenas tiene ventas y menos, beneficios, ni hay empresas comparables. Ello complica aplicar los métodos estrella de valoración: la actualización de sus flujos esperados de caja y los múltiplos de empresas comparables. Son para una fase posterior. 

La dificultad de valorar una startup lo prueba que la valoración de Google en 1999 fue de $750.000 (¡al inversor le pareció excesiva!). Otras valoraciones en la fase de capital semilla (la primera financiación externa de la startup) fueron Dropbox ($400.000) e Instagram ($2.500.000).

La aritmética de la valoración de la startup

Lo habitual es que una startup reciba varias rondas de financiación en vez de un importe una sola vez. Cada ronda va ligada a lograr un hito (p. ej., la disponibilidad de un prototipo) y una vez conseguido se abre la siguiente ronda. El emprendedor busca que el valor de la empresa vaya aumentando en escalera para subir el precio en cada ronda. Por eso debe pedir los fondos que precise para culminar una fase que justifique solicitar nueva financiación. Los inversores van entrando según se cumplen determinadas etapas y va cayendo el riesgo. En cada ronda se diferencia:

La valoración premoney estima el valor del patrimonio neto de la startup antes de realizar una ronda de financiación (2.000.000 €, p. ej.). Excluye la aportación del nuevo inversor (222.222 €, p. ej.). La valoración postmoney (2.222.222 €) suma esa aportación al valor premoney.  

Ambos valores se refieren al del patrimonio neto (la startup suele carecer de deuda) a la fecha de entrada del inversor. La participación del inversor estará en torno al cociente entre su aportación y el valor postmoney. Si a los cinco años el inversor vende su participación por 2.000.000 €, el ROI (return on investment) será 9 veces la inversión (2.000.000 / 222.222). Abreviadamente se dice 9x. 

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Los métodos de valoración de la profesión

Para hallar una base de partida de negociación se aplican métodos artesanos. Son atajos con poco rigor financiero pero basados en la práctica profesional. Se aplican a empresas tecnológicas en su primera fase, cuando aún casi no tienen ingresos pero que prevén alcanzar unos 20 millones de euros en cinco años.

La regla de los tercios es uno sencillo. Parte de que si hay tres actores (el promotor, el inversor y el gestor) se considera que participan a tercios en la primera ronda de financiación. El valor postmoney es el triple de la aportación del inversor.

La propuesta de Berkus parte de un valor base de hasta 500.000 euros según sea la idea de atractiva. Luego evalúa la capacidad de los siguientes cuatro factores para aumentar el valor de la idea: la disponibilidad del prototipo, el equipo promotor, las relaciones estratégicas y estar ya en ventas. Por cada factor se añaden hasta 500.000 euros según ayude a reducir el riesgo. El valor máximo es de 2.500.000 euros.

El método Scorecard propuesto por Bill Payne, como el anterior más propio de los business angels, es más elaborado. El valor base parte de unos 1.500.000 euros si no hay otra referencia de empresas similares. Luego se identifican los factores relevantes o inductores del valor y se da un peso a cada uno. A continuación, se compara la startup con empresas de referencia y se puntúa cada factor según sea más o menos favorable en la startup objetivo. Luego se multiplica cada peso por su nota para obtener la contribución de cada factor al valor. Para terminar, se suman las contribuciones individuales para hallar un índice que multiplicado por el valor base estima el valor premoney. 

El método de los factores de riesgo se basa en que el valor de una startup mejora al disminuir su riesgo. Parte de un valor premoney base de unos 1,5 millones de euros. Luego evalúa 12 factores de riesgo de la startup y de su sector y cómo afectan al crecimiento de la startup. Se asigna un multiplicador  a cada factor y se aplica cada uno a  500.000 euros para hallar el valor que añade o resta al valor base. se suman las contribuciones individuales para hallar un índice que multiplicado por el valor base da el valor premoney.

El enfoque del Venture Capital se aplica ya entrada la fase de ventas. El inversor  establece la fecha objetivo de salida (unos cinco años), se estima el beneficio  o el flujo de caja en esa fecha. Son más un objetivo que una previsión y se basan en el escenario de éxito del promotor. Se aplica un múltiplo y se actualiza el valor postmoney. El escenario de éxito es el objetivo para la fecha de salida. El inversor puede aceptar el escenario del emprendedor, aunque sea optimista, para comprometerlo a lograrlo y mantener el buen clima en la negociación. Para compensar, el inversor incrementa la tasa de actualización. 

El método de First Chicago, también llamado de los escenarios, mejora el anterior. La principal diferencia es que contempla varios escenarios a la fecha prevista de salida. A cada uno se le asigna una probabilidad. El valor postmoney es la media de los valores actualizados. La técnica de los escenarios es más recomendable en épocas de crisis, cuando es difícil prever su duración y gravedad. Esto sucedió con motivo de la pandemia Covid-19, cuando se desconocía cuánto tiempo se precisaría para atajarla. Las dificultades del método residen en las previsiones y en estimar la probabilidad de cada escenario.

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La importancia de lo cualitativo

Al margen de los métodos descritos, el inversor solo entrará si valora favorablemente los aspectos cualitativos de la startup, como la idea y el modelo del negocio y si considera capacitado al equipo promotor. A la postre, el inversor invierte tanto en la idea como en su promotor. 

El valor que se pacte se situará entre el mayor valor que justifica el emprendedor por el potencial de crecimiento y el menor que aduce el inversor por la modesta situación de partida. Éste no está forzado a invertir y tiene otras oportunidades. El emprendedor, salvo que tenga una joya, es más débil. Lo habitual es que el valor que se fije será el precio que el inversor esté dispuesto a pagar. Pero el emprendedor y el inversor, si van a trabajar juntos durante unos años deben evitar dejar cicatrices después de la negociación. Si hay acuerdo que sea a un valor razonable para ambos.

Dr. Juan Pérez-Carballo
Director del Máster en Dirección Financiera de Next Educación

6 herramientas digitales para tener una empresa productiva

6 Herramientas Digitales para una Empresa Productiva

Tener una empresa productiva es tener garantía de futuro. Todo negocio tiene entre sus prioridades aumentar o mejorar la productividad. Evidentemente hay también otros objetivos, como pueden ser el número las ventas o la satisfacción del cliente, pero la productividad es algo a lo que no se puede renunciar.

De ella depende en última instancia, que nuestro negocio sea rentable. Necesitamos sacarle el máximo partido a cada producto o servicio, de manera que podamos tener precios competitivos y a la vez beneficios. Actualmente, la digitalización es el medio más útil para lograr una empresa productiva. Programas y softwares lo hacen posible.

Para ello, te presentamos…

6 Softwares para lograr una empresa productiva

Hemos intentado ser objetivos y ponernos en la piel de la mayor cantidad de tipos de negocios posibles.

1. Klippa

Un software que puede parecer básico y específico a priori, pero que esconde unas herramientas muy potentes y llenas de funcionalidades. Si hubiese que describirlo en pocas palabras, Klippa es un OCR ― software de reconocimiento óptico de caracteres―, es decir, un programa que se encarga de pasar el texto de las imágenes a texto digital, editable y reconocible.

Conscientes de que la gran mayoría de empresas llevan su facturación de manera online, por lo que recibir una factura en papel es todo un problema. Por ello han desarrollado un software que se centra en escanear y detectar toda la información relevante de las facturas en pocos segundos y de manera automática. Solo debes encargarte de subir el documento y la herramienta se encargará del resto.

No solo eso, puedes extraerlo en todos los formatos más comunes, clasificar automáticamente las facturas y gestionarlas de manera sencilla y te ayuda a evitar duplicados y fraudes. Probablemente ya estés interesado, así que si quieres conocer mejor esta herramienta, puedes aprender más aquí.

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2. Trello

Si tu problema es el orden y la organización, Trello será tu mejor aliado para mejorar la productividad. Se trata de un tablero virtual en el que puedes volcar todas las tareas, citas, fechas especiales, proyectos o todo lo que implique unas fechas límite. No solo es personal, puedes utilizar un tablero para todo tu negocio sin que esto suponga un caos.

Trello cuenta con filtros muy útiles que te permiten crear grupos, de esta forma puedes separar por departamentos, grupos de personas, o fechas.

Además, te permite añadir todo tipo de documentos a las tarjetas: imágenes, textos, citas, notas, videos, enlaces, etc. para que tengas todo lo necesario para llevar a cabo la tarea asignada. Finalmente, otra ventaja que tiene Trello es que permite automatizar actividades cotidianas, como puede ser eliminar de la visualización una tarjeta en cuanto esté hecho, o dejar comentarios de forma automática una vez terminado de revisar.

Trello nos permite controlar y optimizar nuestro tiempo, promoviendo así una empresa productiva.

3. Hubspot

Hubspot es la herramienta definitiva para llevar a cabo estrategias de marketing. Se especializa en el llamado inbound marketing, ya que, de hecho, los creadores de esta aplicación fueron quienes acuñaron este término.

Un software multifunción que incluye varias herramientas en su interior que engloba todas las áreas a trabajar para hacer crecer nuestro negocio. Podemos hacer cosas simples como crear un blog o una landing page, o más avanzadas como generar nuestro funnel de ventas o gestionar las interacciones con los clientes a través de su CRM integrado.

Además de la comodidad de tener centralizadas todas las herramientas de marketing en un solo lugar, Hubspot se encarga de automatizar tareas concretas. Puede ser desde la recopilación y clasificación de datos de los clientes, hasta el envío de emails a clientes tras haber realizado una determinada acción (compra, alquiler, reserva, comentario, etc.).

4. Microsoft Teams

La comunicación interna de la empresa, en pleno siglo XXI tiene que ser digital. Microsoft Teams es una herramienta digital para comunicarse a través de texto, voz o video con otra persona. Lo que lo diferencia de otras herramientas más comunes, es que está hecha pensando en el ambiente laboral.

Al ser de Microsoft, cuenta con la ventaja de poder implementarse con los softwares más populares, como pueden ser Office 365 o Skype. Puedes editar un archivo, a la vez que comentas en el chat con tus compañeros el trabajo, o pasar de una videollamada de Skype, más personal y familiar, a Teams con un solo botón.

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5. Zapier

Como acabamos de comentar en el punto anterior, es muy importante que las herramientas que utilicemos se puedan conectar e interconectar entre sí. Para eso existe Zapier. Se trata de una herramienta que sirve para conectar distintas herramientas web sin tener grandes conocimientos de programación o informática específica.

Su funcionamiento es sencillo: primero eliges un punto de partida, como puede ser un pop-up en tu página web para recibir la newsletter; segundo, seleccionas con Zapier en que momento quieres que se envíe la información; tercero, eliges la herramienta donde quieres que se vuelquen los datos; cuarto, te sientas a ver como el programa funciona solo.

Es realmente fácil, pero muy útil y puede hacernos ahorrar horas y horas de trabajo. Gracias a Zapier, podemos decantarnos por herramientas web en vez de softwares descargables.

6. Google Workspace

Antes conocido como GSuite o Google Docs, es una de las herramientas más populares que el gigante de los motores de búsqueda nos ofrece ya que incluye todo lo necesario para la colaboración en grupo de forma remota. Podemos editar todo tipo de documentos en línea, sin necesidad de descargar ningún software, guardarlos en la nube y compartirlos de forma sencilla.

Si bien es una herramienta muy popular y utilizada, hay aún muchos que no conocen todas sus funcionalidades ni lo útil que puede resultar, por eso aconsejamos su uso para todos aquellos que necesiten colaborar en tiempo real con sus compañeros.

7. Firma Documentos

La firma digital es una herramienta que agiliza las gestiones en una empresa. Éstas requieren de firmas para validar numerosas operaciones, ya sea con colaboradores, con clientes, o con el propio personal de la empresa. Anteriormente era necesaria la presencialidad para firmar y poder cerrar acuerdos. Además de un gasto en papel, tiempo y otros recursos. Ahora es posible realizar una firma con total validez legal desde cualquier lugar. O hacer en una aplicación la firma para actividades que, indispensablemente, requieran de una presencialidad.

El software de Firma Documentos además cuenta con un gestor documental para administrar todos los documentos firmados y poder acceder a ellos fácilmente.

En definitiva, para tener una empresa productiva…

Necesitas herramientas como estas. Tanto si tu negocio ya está digitalizado y quieres mejorar o si quieres empezar el proceso de digitalización, este es el momento. En Next International Business School te formamos en Emprendimiento, Negocios Internacionales y Transformación Digital para destacar en un mundo cada vez más global y competitivo.

Las finanzas, entre innovaciones y burbujas

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La transformación de las finanzas

Algunas leyes de las finanzas del siglo pasado se ven afectadas por tendencias y sucesos asociados a la nueva realidad. Son efectos surgidos por la intensidad de las ya numerosas crisis de este siglo, la gravedad del cambio climático y de la pandemia Covid-19 y la celebrada transformación digital. Algunos ejemplos son:

Una nueva directriz: las finanzas sostenibles

Frente al objetivo de crear valor para el accionista nace el capitalismo de los partícipes. Éste plantea que lo importante es crear riqueza y distribuirla justamente para no dejar a nadie atrás. Así lo defiende el manifiesto sobre el propósito de una corporación de 2019, apoyado por los dirigentes de Apple, Amazon, IBM, DuPont y Walt Disney entre otros muchos.

El Código unificado de buen gobierno de la CNMV (2006) recomendaba como objetivo último de la compañíala creación de valor para el accionista. La versión del 2020 omite ese objetivo. Ahora aboga por ser más generosos con el resto de los partícipes de la empresa, su comunidad y el medio ambiente. Un giro copernicano para la toma de decisiones, aunque aún quede mucho por poner en práctica. 

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La economía se desmaterializa y lo virtual se impone al ladrillo

Para apoyar la sostenibilidad del planeta −que lograr ahora el bienestar colectivo respete el futuro se persigue el secular objetivo de la productividad. Se trata de hacer más con menos. De reducir el consumo relativo de recursos. Para ello, se sustituyen productos por servicios, como el cloud computing, se cambia el papel por la lectura online, se comparte en vez de comprar y se fomenta el reciclaje de la economía circular. La empresa pasa del capex al opex y triunfan los activos intangibles sobre los materiales. 

La deslocalización y la paradoja de Jevons

Siempre es peligroso primar la productividad sobre el buen sentido. La nueva crisis de los abastecimientos surge en parte por la deslocalización para reducir costes, olvidando que primero es asegurar el suministro y luego su coste. La paradoja de Jevons, economista inglés del siglo XIX, advierte que la reducción del coste incrementa el consumo. Si se abarata se consume más. Aunque de momento el coste de la energía se ha disparado a pesar de las nuevas y más baratas tecnologías de generación. El precio de lo fotovoltaico, por ejemplo, ha caído más del 90% desde 1990.

Ahora se paga por prestar dinero

El tipo de interés negativo se produce no solo cuando lo es el tipo nominal, sino también cuando lo es el real (el nominal menos la inflación). En finanzas, es frecuente que el tipo real sea negativo y el ahorrador no mantenga el poder adquisitivo de su capital. Lo nunca visto es que el tipo nominal sea negativo. Que el prestamista pague y el prestatario cobre. Es lo que sucede en la Unión Europea y otros países desde 2016 como medida para superar las secuelas de las sucesivas crisis. Cerca han andado también los EE. UU. Hay otra referencia en Japón, con tipos nominales muy bajos, incluso negativos, para reactivar la economía tras su crisis de finales del siglo pasado. Sin embargo, esa política no ha evitado que en los últimos 20 años su PIB per cápita haya caído un 1·%. 

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Y también por vender petróleo

El precio a plazo del West Texas fue negativo en abril de 2020 con la demanda por los suelos por causa de la pandemia. Por vender un barril se pagó hasta casi 40 dólares. Su precio cayó de golpe no solo porque la oferta superase a la demanda, sino también porque se saturó la capacidad de almacenamiento. Quienes habían comprado petróleo a plazo con entrega física del producto carecían de espacio para almacenarlo. Por ello, pagaron para que otros se hicieran cargo. Costaba menos pagar por vender que pagar por almacenar. Fue algo fugaz, pero sucedió lo inaudito.

Las criptomonedas y su volatilidad y rentabilidad digitales

No podía faltar la moneda digital en la historia de las finanzas. El tipo de cambio de la divisa de un país se justifica por variables como su PIB, su crecimiento, la inflación esperada o el tipo de interés. Está respaldada por la solvencia del país, su gobierno y su banco central. ¿Quién respalda las criptomonedas? ¿El PIB mundial? ¿Nada? Su precio depende de lo que se piensa que puede valer un certificado de propiedad, de la oferta y la demanda de ese certificado y se ve muy afectado por la especulación y las emociones de miedo y codicia de los inversores. Por ello, es de alta volatilidad. La del bitcoin, nacido en 2009, supera en cuatro veces la bursátil, el activo de riesgo por excelencia. No extraña que haya muchos que crean que las criptomonedas son un paraíso para el especulador y una trampa para el incauto. Tienen muchos enemigos que vaticinan su colapso. Para otros, son el futuro. De momento la cotización del bitcoin se ha multiplicado por cuatro en un año.   

La inversión en los Non fungible token (NFTs)

A pesar de la prudencia que aconseja la CNMV y de los criterios de valoración que recomiendan los expertos, los NFTs son productos de inversión que arrasan en el mundo del arte y del coleccionismo. No se compra una obra sino solo el recibo de propiedad del original autentificado por blockchain. Este certificado puede ser negociado en el mundo real y en el emergente del metaverso.

El segundo, frecuente en algunos videojuegos, pretende clonar el mundo real para crear otra existencia virtual. Quizá los NFT, que de momento solo se pueden ver, se podrán tocar en el metaverso. Everydays, un collage de 13.000 imágenes obra de Beeple, lo vendió este año Christie’s por 69 millones de dólares. Su precio de salida fue de 100 dólares. Las zapatillas virtuales se venden ya a precio de oro y se registran marcas virtuales. El valor de un NFT se basa solo en lo que la gente piensa que puede valer. Hay quien avisa que los NFT almacenados en un servidor se mueven entre una burbuja especulativa y una pirámide de Ponzi. Para muchos, son un producto de inversión solo apto para especuladores y primos. Pero este no es su único riesgo ¿Qué pasa si desaparece el servidor que almacena el certificado de propiedad? Sorprendería que la SEC o la CNMV llegasen a considerar los NFT ni siquiera como productos muy complejos, pero todo es posible.

La acción meme se valora por su viralidad

Es de marca popular, pequeña y con problemas, pero viral en las redes y blogs. Las memes saltaron a la fama cuando Gamestop se disparó empujado por los comentarios en chats y redes sociales. La cotización meme se mueve más por los comentarios y rumores de las plataformas de inversores que por su desempeño empresarial. La acción meme tampoco se valora por los métodos clásicos de múltiplos o flujos. Ni por su negocio subyacente o la coyuntura. Más bien por opiniones (¿interesadas?) que la hacen subir rápida y efímeramente de precio. Subidas que apoyan las compras forzadas de los fondos pillados en posiciones cortas. Por ello, la volatilidad de la acción meme es muy elevada. En tres meses la cotización de Gamestop primero se triplicó y luego cayó un 88%. Incluso una de estas empresas meme desaconseja comprar sus acciones a menos que se acepte el riesgo de una pérdida cuantiosa. Otro producto de inversión con rentabilidad y volatilidad propias de la era digital.  

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Finanzas: invertir en una empresa sin actividad

Una Spac (special purpose acquisition company) carece de operaciones, pero cotiza en bolsa con el objetivo de captar fondos para comprar otra empresa o fusionarse con ella. Como la Spac ya cotiza, cuando se materializa la operación la empresa objetivo sustituye a la Spac. Así de fácil se entra en bolsa y se evita todo el costoso proceso de salir a cotizar. Esto hizo Virgin Galactic, dedicada al turismo espacial, en vez de recorrer el largo camino de una salida a bolsa convencional. La fórmula parece poco ortodoxa: el inversor aporta fondos sin conocer su destino final. Además, la empresa adquirida parece que se cuela en la bolsa, sin pasar por la debida evaluación preliminar de los analistas. Un riesgo añadido para el inversor Spac, aunque los reguladores parecen no verlas con malos ojos. 

De los manifiestos window dressing a la acción

Si el siglo pasado fue el del diseño del actual paradigma financiero y de los productos derivados para gestionar el riesgo, el presente parece ser el de la transformación digital y la sostenibilidad financiera. La primera lleva buen ritmo, pero la segunda aún está en la fase de las buenas intenciones. Las recomendaciones solas no bastan como se reconoce ahora que no bastó la anterior sobre la responsabilidad social corporativa. Si bien pretendía apoyar la sostenibilidad del planeta, no evitó que quedase aún más maltrecho.

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Con estos tipos de interés ¿Qué hacemos con los excedentes de tesorería?

Tesorería financiera

El excedente de tesorería es el sobrante de efectivo sobre las necesidades del plan de la empresa. La caja que se puede invertir fuera de la actividad. Puede ser permanente o coyuntural. El primero supone un exceso estructural y su inversión es una decisión del órgano de administración. El coyuntural es la conocida punta de tesorería que compete invertir al tesorero conforme a las políticas de la empresa.

La tesorería y la importancia de evitar las pérdidas

Con una pérdida en el año del 30%, un capital de 100 se reduce a 70. Si la tasa de mercado es del 2% se debería haber obtenido 102. Para recuperar este capital se precisa ganar un 48,6% el siguiente año. Si la pérdida hubiese sido del 50%, para recuperarla junto con la tasa de mercado, el nuevo rendimiento debería ser del 108,1%. El álgebra habla claro: la inversión (también en la tesorería) no admite pérdidas significativas porque son difíciles de recuperar.

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Lo que hace la gestión de tesorería prudente: para muestra un botón

Una petrolera mantiene los recursos en efectivo y depósitos a plazo con disponibilidad inmediata. Una operadora coloca sus excedentes en el mercado monetario de alta calidad crediticia. Una eléctrica mantiene los excedentes en efectivo y en depósitos a menos de tres meses. Una aseguradora invierte principalmente en renta fija de gobiernos y corporativa, inmuebles (poco), renta variable (poco) y fondos de inversión (muy poco, pero lo que más crece). Con los tipos de interés bajo cero, el rendimiento que obtienen es ridículo. Por algo dicen que ahora los bancos no quieren dinero ni gratis. 

¿Y Amazon?

Sus excedentes han crecido en 2021 un 61% hasta más de $ 73 mil millones. El 76% lo invierte a menos de un año y el 37% del total, en fondos monetarios con un rendimiento negativo de -0,16%. Su rendimiento medio es del 0,48%. Como su deuda financiera (incluidos los leasings) es de casi $ 85 mil millones, podría usar sus excedentes para reducirla y mejorar su resultado financiero en casi 1.500 millones (supuesto un margen financiero de 200 pb). Pero no lo hace.

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Los objetivos en la tesorería

Primero preservar el valor de los excedentes y la liquidez; después, la rentabilidad. Por este orden. Las grandes empresas no se la juegan y aceptan los exiguos rendimientos actuales, incluso negativos, de los activos más seguros. Esto confirma que lo prioritario de la tesorería es gestionar el riesgo y prestar servicio a las operaciones. Es un centro de gestión del riesgo y de servicio. Luego viene lo de ser un centro de beneficios. Los criterios de liquidez y servicio dominan sobre el del beneficio.

El risk man y el índice del miedo

El riesgo rige, por tanto, la actuación del tesorero. Nada de especular pero sí de estar atento al riesgo de mercado. Medirlo es difícil y más, anticiparlo. El índice de volatilidad VIX ayuda a seguirlo. Si el mercado bursátil es bajista, para cubrir las carteras se venden opciones call y se compran opciones put. Cuando los inversores son optimistas, compran calls y venden puts. La relación entre el volumen de unas y otras desvelan el sentimiento del mercado. Por debajo de un VIX de 10 el mercado está confiado. Por encima de 30 empiezan los nervios. Como la tesorería no invierte en bolsa, puede usar el índice MOVE, réplica del VIX en el mercado de la renta fija. Éste se calcula a partir de las opciones de la deuda del Tesoro estadounidense. Por debajo de 80, tranquilidad; por encima de 120 aparece el miedo a la pérdida. 

Dr. Juan Pérez-Carballo
Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS
Director del curso de Control de Gestión del Colegio de Economistas de Madrid
Socio de Converthia, expertos en finanzas y control de gestión

¿Cómo invertir en tiempos de crisis?

Cómo invertir en tiempos de crisis

Covid-19 explica el aumento de la tasa de ahorro de las familias por la caída del consumo.

Parte del ahorro (la de bienes duraderos) se consumirá cuando se arregle la situación, pero de momento eleva esa tasa a niveles no vistos desde 2004 (epdata).

Sin embargo, no todo el mundo ahorra porque en España la desigualdad económica es alta. La tasa de pobreza en España es la séptima más alta de Europa (abc.es). Además, la desigualdad aumenta en las crisis. Sucedió en la pasada y parece que se repite ahora.

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En cualquier caso…

¿Es viable invertir en tiempos de Covid-19?

Una posibilidad es pasar de ahorrador a especulador, que es quien gana en estas ocasiones. ¡Cuanto peor, mayor es la oportunidad! se dice. El ahorrador pretende un rendimiento razonable y sostenido. El especulador apuesta por su habilidad para interpretar los sentimientos ajenos y anticiparse a sus comportamientos. Esa posibilidad de cambio no es solución para la mayoría de los ahorradores que no quieren pasar de inversores a víctimas.

Al ahorrador no le queda otra que invertir si no quiere ver sus ahorros comidos por la inflación. Pero el tipo de interés está secuestrado desde hace mucho por debajo de cero y tardará en recuperar niveles razonables. Esto penaliza al ahorrador, acostumbrado a ganar el 3-5% de interés. Ahora duda entre no ganar nada o aceptar mayor riesgo y tener que seguir el sentimiento del mercado mediante el indicador VIX, llamado del miedo, o algún otro.

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Tiene distintas alternativas, entre las más sencillas de instrumentar, los planes de pensiones, la bolsa, una multitud de fondos de inversión y la inmobiliaria. Cada una con sus características de costes, plazos, volatilidades, riesgos y fiscalidad que debe ponderar. También, de flexibilidad. Pasar de un fondo de inversión a otro puede llevar una semana. Cambiarse de gestora, bastante más. ¡En la era digital!

Cualesquiera que sean los instrumentos escogidos siempre es aconsejable: diversificar en todo, comprar activos de calidad y con liquidez, invertir gradualmente y solo en productos que se comprendan, limitar el riesgo, no dejar dormida la cartera ni rotarla demasiado para evitar comisiones, elegir opciones de gastos reducidos, no pretender ganar el último duro y no fiarse de recomendaciones interesadas. También lo es, evitar el pánico en las crisis porque el mercado siempre se recupera, aunque a veces lo haga demasiado tarde.

Y tú, ¿qué opinas? ¿Estarías dispuesto a invertir tu dinero? Te leemos en los comentarios.

El Máster en Finanzas que puede salvar al próximo Thomas Cook

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El final fue rápido. El 31 de marzo de 2019 el Grupo Thomas Cook declara pérdidas de mitad de ejercicio de 1.386 millones de libras de los cuales 1.104 corresponden a su inversión fallida de 2007 en MyTravel. El 12 de julio el Grupo anuncia que las negociaciones con los principales accionistas y bancos están muy avanzadas para recapitalizar la empresa. Espera una inyección de 750 millones de libras para reorganizarse. El 20 de septiembre las conversaciones van aún a buen ritmo, pero el 23 de ese mes se rompen y el Grupo insta su liquidación inmediata y deja de cotizar en el mercado londinense.

El Grupo Thomas Cook, inventor del paquete de vacaciones, tenía 178 años de historia. Se fundó en 1841 cuando en España se producía el fallido pronunciamiento conservador de una Borbón contra Espartero. En la actualidad operaba tres negocios con 21.000 empleados: el de viajes, con más de 20 millones de clientes al año, la compañía aérea, con unos 100 aviones, y el hotelero con casi 200 establecimientos gestionados con su marca y 555 tiendas. Las ventas superaban los 9.000 millones de libras. Un imperio de 2.000 millones de valor en bolsa apenas hace año y medio que cae por los pies de barro.

El éxito o el fracaso empresarial se dirime en los mercados de productos y servicios y así ha sucedido también con Thomas Cook. Su modelo de negocio analógico quedó obsoleto en un mundo ya digital. Su red de 500 agencias tradicionales sucumbió al efecto del Brexit sobre el gasto en turismo de los británicos y al acoso de las agencias online que con costes menores ganan cuota y reducen el margen. Ya la memoria del 2017 reconocía que la estrategia no daba resultados financieros, aunque el Consejo confiaba aún en su estrategia de crecimiento financiado con deuda.

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Pero el fracaso al final es financiero. El default del Grupo se declara en cuanto se aborta el plan de recapitalización y es imposible atender el servicio de la deuda, que se ha disparado hasta los 1.900 millones. Se tuvo la posibilidad de vender la aerolínea y su negocio hotelero, pero en septiembre de 2019 ya es tarde para salvar al turoperador.

El deterioro del mercado, el crecimiento, la deuda y alguna partida oculta que aflora, así como los elevados dividendos y los salarios de los dirigentes forman una mezcla explosiva que el financiero debe evitar a tiempo. Instrumentos tiene para identificarla y cada vez son más precisos. Un buen Máster en Finanzas enseña que una buena estrategia debe dar resultados satisfactorios y cómo el financiero contribuye al progreso y buena salud de la empresa.

Juan Pérez-Carballo

Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS

«La trampa de las alquimias financieras», por Juan Pérez-Carballo

La trampa de las alquimias financieras

La manipulación de los resultados empresariales es siempre peligrosa porque, al igual que las aguas siempre vuelven a su cauce y dejan al descubierto las miserias, las argucias en la gestión también se agotan y dejan al aire nuevos problemas.

Si la alquimia medieval buscó ilusoriamente encontrar la piedra filosofal para convertir cualquier metal en oro, la alquimia financiera es cualquier mecanismo no sostenible para mejorar aparentemente los resultados de la empresa a costa de deteriorar los de largo plazo. Cuando se descubra el ardid o se anule su efecto transitorio surgirán los problemas. Entre las principales alquimias financieras destacan:

  • Promover un crecimiento exagerado, desproporcionado con la tendencia del mercado y los recursos de la empresa. El aumento de la actividad reduce el coste unitario del producto: al repartirse los costes fijos de los recursos consumidos entre más unidades, cada unidad toca a menos. Pero si el crecimiento revierte, cuando cae la actividad se produce un efecto de ida y vuelta y cada unidad tocará a más. Le sucedió al sector financiero cuando, abducido por el objetivo de crecer, abrió excesivas oficinas que tuvo que cerrar posteriormente.
  • El endeudamiento desmedido, porque siempre es rentable tomar dinero a un coste inferior a la rentabilidad de invertirlo. Pero el endeudamiento solo es favorable si ese margen se mantiene y se puede cubrir el servicio de la deuda. Cuando cambie el mercado o suban los costes y la rentabilidad sea negativa o no se generen fondos suficientes, provocará incluso la insolvencia.
  • Las ventas con riesgo de anulación. Esto sucede, por ejemplo, si fuerza al canal para que anticipe o exagere sus pedidos. El canal puede aceptarlo si tiene la posibilidad de devolución o es débil, pero cuando acumule un stock excesivo reducirá sus compras e incluso devolverá el producto si puede, teniendo la empresa que anular la falsa venta.
  • El recorte de los gastos estratégicos, como los de I+D+i y apoyo a la marca, es fatal porque, si bien mejora la cuenta de resultados a corto plazo, deteriora las de los próximos años al ser esos gastos los que alimentan el futuro de la empresa. alquimias financieras
  • La financiación con los proveedores de las pérdidas o el crecimiento. Pero, si no se corrigen las pérdidas y se ajusta el crecimiento y la financiación permanente, la situación empeorará hasta reventar. La financiación forzada con los suministradores es una huida hacia adelante que, a veces, acomete la empresa distribuidora.
  • No cubrir el riesgo para ahorrar el coste de su cobertura, pero dejando a la empresa a merced de la fortuna. En algún momento se materializará alguna exposición importante deteriorando seriamente los resultados.
  • No invertir y descapitalizar técnicamente la empresa. Aunque los resultados inmediatos se beneficien de ordeñar el inmovilizado, cuando este se agote y haya que reponerlo el problema de financiarlo puede ser un serio tropezón para la continuidad de la empresa.
  • El pago de dividendos no sostenibles para aumentar temporalmente el valor de la acción. Cuando el cambio de las circunstancias obligue a recortar o anular ese dividendo excesivo, el precio de la acción se desplomará. Los accionistas de control apoyan a veces ese aumento del dividendo para compensar sus inversiones fallidas.
  • Por último, la más grosera de las alquimias financieras, la contable, adultera las cuentas y falsea las ventas, los costes o la deuda. Si no se corrige, el engaño siempre se descubre sobre todo cuando algún detonante lo destapa. Esta alquimia cuenta a veces con la complicidad de algún auditor innoble.

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La empresa tampoco tiene su piedra filosofal. Si bien la antigua alquimia fue precursora de la ciencia moderna, la financiera es antesala del fracaso empresarial. El resultado sano y sostenido no admite atajos, sino que es fruto de estrategias bien trabadas y del esfuerzo colectivo.

Juan Pérez-Carballo

Director del Máster en Dirección Financiera Next IBS

¿Es el riesgo el convidado de piedra en la dirección financiera?

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La rentabilidad y el riesgo son dos componentes inseparables de la gestión y la dirección financiera. Aunque para llegar el primero hay primero que terminar, el riesgo es con frecuencia el gran olvidado por los gestores y los inversores.

Los dos objetivos principales de cualquier empresa son sobrevivir y retribuir a sus inversores en condiciones de mercado. El primero, referido al riesgo, debe dominar al segundo, que contempla la rentabilidad. Pero no siempre, en el mundo de la dirección financiera, prestamos la debida atención al riesgo.

Así, el informe de la OCDE de febrero del 2010 sobre la crisis iniciada en 2008 concluía: Uno de los más grandes shocks de la crisis financiera ha sido el amplio fracaso de la gestión del riesgo. En muchos casos el riesgo no se gestionó con un criterio empresarial… Los consejos de administración no estaban al tanto, en muchas ocasiones, del riesgo al que se enfrentaba la compañía.

En un ámbito más restringido la Global Corporate Treasury Survey de 2017 de Deloitte afirma que un 75% de los tesoreros encuestados no controlan activamente los riesgos clave. La literatura empresarial suele anteponer sistemáticamente el crecimiento o la rentabilidad. Por ejemplo, la excelente Guide to key performance indicators (PriceWaterhouse Cooper, 2017) menciona growth 86 veces, return 33 y risk… solo una vez. Lo mismo hacen algunos gestores, especialmente en épocas de prosperidad, quizá porque se les retribuye por la rentabilidad, no por el riesgo.

De la incertidumbre al riesgo

La gestión del riesgo exige diferenciarlo de la incertidumbre. El primero se refiere a la posibilidad de que el resultado no sea el previsto, de que ocurran sucesos conocidos y cuyos efectos (adversos) pueden anticiparse y prevenirse con la diversificación o un seguro. La incertidumbre es la posibilidad de que se produzcan sucesos imprevistos o desconocidos -siempre sucede lo inesperado, decía Keynes.

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Se sabe que pueden pasar cosas adversas, pero se ignora qué cosas y por tanto sus consecuencias. La incertidumbre se explica en parte por la ignorancia por lo que se gestiona convirtiéndola en riesgo mediante el conocimiento y aprendiendo con la experiencia propia o ajena (el consejo secular de saber para prevenir). También se gestiona con holguras para hacer frente a lo imprevisto.

La cobertura de las exposiciones

El riesgo está siempre presente porque lo que se gestiona es el futuro; solo el pasado está libre de riesgo. Cualquier actividad exige aceptar riesgos, pero solo los que no cuestionen la continuidad de la empresa. Hay que evitar los catastróficos pues recordemos que el primer objetivo de cualquier organismo es sobrevivir. Por eso el riesgo ha de ser gestionado y controlado sin que sea posible eliminarlo en su totalidad dado que es consustancial con la actividad empresarial.

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Como el riesgo está presente en todas las actividades, no solo en las financieras, la dirección de la empresa debe establecer el nivel aceptable de riesgo (el llamado apetito de riesgo) y aprobar y comunicar las políticas para su gestión y control. Para ello hay que identificar las exposiciones, evaluarlas para seleccionar los riesgos relevantes y gestionarlas optando entre soportarlas, evitarlas, neutralizarlas o reducirlas o ceder el riesgo a un tercero. Por último hay que controlar los resultados para evaluar el grado de consecución de los objetivos y la efectividad de las políticas e instrumentos aplicados.

Porque está en juego la supervivencia

Como aconseja el celebrado informe Coso: La gestión del riesgo empresarial no es… un departamento; es la cultura, las capacidades y las prácticas que las organizaciones integran en su estrategia… Su gestión es más amplia que confeccionar un inventario de todos ellos; incluye las políticas para gestionarlo y medirlo en toda la organización… desde las pequeñas a las grandes empresas.

Juan Pérez-Carballo
Director del Máster en Dirección Financiera Next IBS
2 de mayo de 2019

¿Qué es la dirección financiera?

¿Qué es la dirección financiera?

Los dos objetivos genéricos de toda empresa son sobrevivir y retribuir competitivamente a sus inversores. Un objetivo de riesgo y otro de rentabilidad que enmarcan la misión de la dirección financiera: apoyar y financiar el crecimiento rentable de la empresa, controlando su riesgo.

Lo que hace

Sus principales cometidos son la gestión de la información, los procesos administrativos y los flujos monetarios, la planificación, el análisis de inversiones, la financiación y la gestión del riesgo. Además, ayuda a las áreas operativas con procesos de gestión eficaces y asegura que sus responsables conocen el efecto financiero de sus decisiones. También asesora a la gerencia en operaciones corporativas como ampliar capital o invertir en otras sociedades.

Sus tres directrices

Las finanzas actuales combinan tres elementos fundamentales: los principios financieros básicos gestados por la experiencia, la valiosa aportación del progreso tecnológico y el efecto de las recurrentes oportunidades y amenazas del entorno.

Algunos de esos principios de las finanzas son: ajustar el crecimiento de la empresa a sus recursos y al crecimiento del mercado, diversificar siempre, controlar que la rentabilidad de las inversiones supera al coste de financiarlas, mantener un endeudamiento que permita cubrir el servicio de la deuda, pagar un dividendo prudente y sostenible y gestionar los riesgos para evitar las pérdidas catastróficas. Estos principios marcan límites y son bien conocidos, aunque a veces se olvidan por un exceso de optimismo en periodos de fuerte crecimiento o de pesimismo en tiempos adversos, cuando la recuperación parece lejana.

En segundo lugar la dirección financiera ha de aprovechar las nuevas tecnologías, en la actualidad, las digitales. Lo digital transforma las finanzas porque promueve una gestión automatizada, integral, remota y en tiempo real. Mejora la fiabilidad y el tratamiento de los datos y la robotización de los procesos. El big data y el business analytics, por ejemplo, contribuyen al éxito al analizar datos masivos mediante algoritmos inteligentes. Las máquinas cada vez más realizan mejor tareas antes reservadas al ser humano. La importancia de la tecnología para las finanzas la atestigua la previsión de que se precisará un chief financial technology officer.

El tercer elemento exige estar atento al entorno, cada vez más complejo, que reparte las cartas con las que la empresa debe jugar sus bazas. Cuando la influencia del entorno es intensa se produce, por reacción, una gran sensibilidad a su evolución. Sin embargo, cuanto más apacible parezca más preparado ha de estarse a que cambie. Por ello hay que planificar para no depender de la fortuna y bascular según sus vaivenes.

Su responsabilidad

La situación financiera exige un seguimiento especial porque cuando se deteriora no goza del beneficio del tiempo. Al contrario, cobija los mecanismos para que se degrade todavía más. Por ejemplo, un déficit estructural cubierto con deuda tiende a crecer autónomamente porque los intereses se agrandan y acumulan en una espiral tipo bola de nieve.

El financiero debe desarrollar convicciones propias y flexibles a las circunstancias de su empresa. Las convicciones deben ser firmes y consensuadas con el resto de la dirección porque se corre el riesgo de vulnerarlas con la euforia de los mercados, cuando prima el crecimiento y la rentabilidad y se menosprecia el riesgo. Conviene recordar que el plan general de contabilidad aconseja ser muy sensible al riesgo. Por algo lo menciona casi cien veces mientras que rentabilidad solo lo hace cinco.

Cómo elegir un Máster en Dirección Financiera

Cómo elegir un Máster en Dirección Financiera

Elegir un buen Máster en Dirección Financiera es una decisión muy importante porque es clave para potenciar tu carrera profesional. Te sugerimos el siguiente proceso para elegir el más adecuado.

Primero comprueba que el Máster es realmente un Máster en Dirección Financiera. Hay otros tipos de programas interesantes pero con otros objetivos. El Máster de Mercados y Banca es para trabajar en ese sector y grandes empresas. El de Finanzas Cuantitativas requiere buena formación matemática y se centra en técnicas especializadas de back office. El Máster de Corporate Finance estudia operaciones especiales de grandes empresas, para trabajar en ellas o en consultoría.

Procura que el Máster sea presencial pues en finanzas es mucho más eficaz que el online y además se aprende más en equipo. Luego selecciona las escuelas que se hallen en localidades de tu agrado y que ofrezcan un contenido integral de las finanzas empresariales y un amplio espectro de empleabilidad. El Máster debe capacitarte para ser un responsable del departamento financiero, sin bloquear otras oportunidades como el asesoramiento financiero en inversiones, el Corporate Finance o el control de gestión, dado que estas actividades comparten muchas herramientas. Con esto puedes preparar ya una primera lista de escuelas candidatas y ayudarte a cómo elegir un Máster en Dirección Financiera.

Ahora sé realista y fija tus limitaciones. Es normal un horario de fin de semana para hacerlo compatible con el trabajo o las prácticas de empresa. Además, está el precio. Fija tu importe máximo e investiga las escuelas que lo cumplen. No escojas ni la más cara ni la más barata necesariamente. Hay escuelas que gestionan sus costes pensando en sus alumnos y ofrecen un precio competitivo sin bajar la calidad. ¿Reducimos la lista?

Debes evaluar la calidad del Máster para asegurar tu formación y tu empleabilidad.

A continuación, lo más importante. Revisa quién dirige el Máster y su claustro. Son la mejor garantía de calidad. Comprueba que son profesionales destacados. Aunque habrán preparado un temario excelente, revísalo y que te guste. Asegúrate, por ejemplo, que incluya la perspectiva internacional y las nuevas tecnologías digitales, necesarias para una carrera profesional de éxito.

Trata de hablar con la dirección del Máster y pregunta por la metodología y la documentación. La metodología ¿es práctica y compromete al alumno con su propia formación? La documentación ¿es propia del claustro o utilizan una ajena? En el primer caso los profesores compartirán contigo su experiencia; en el segundo, te contarán lo que dicen los libros en otros contextos. Mira también que haya actividades de apoyo, como conferencias, networking y coaching. Importante, pregunta por la bolsa de trabajo y la posibilidad de Becas y Ayudas al Estudio. Con ello tu lista ya debe ser corta.

Por último, como será un año intenso y apasionante, considera el tiempo de desplazamiento desde tu domicilio. No es decisivo pero te puede ayudar a elegir entre dos alternativas similares. Si vas a cursar el Máster en otra ciudad distinta de la tuya habitual, confirma las posibilidades de alojamiento próximo a la escuela.

En Next International Business School, cuya sede académica está en Madrid centro, hemos pensado en todas estas recomendaciones para diseñar nuestro Máster en Dirección Financiera. Está dirigido por Juan Pérez-Carballo y Roberto Cuadrado, expertos en Finanzas y con gran experiencia en el sector. Además, contamos con un claustro de profesores con una valiosa experiencia docente y directiva en importantes empresas de vanguardia. Te invitamos a que visites nuestra página para que compruebes si cumplimos tus requisitos.

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